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Este yacimiento, situado a escasos 200 m del pueblo, fue declarado Punto de Interés Geológico en el año 2002. Este yacimiento está considerado único en Europa por contener una de las especies icnofósiles de mayor magnitud jamás antes encontrada. Algunas marcas llegan a alcanzar hasta de 20 cm de diámetro. Los icnofósiles son restos de la actividad vital de un animal. En las rocas de este yacimiento se pueden apreciar marcas tubulares rectilíneas o sinuosas, producidas, probablemente, por un gran gusano o un equinodermo (erizos de mar). Los icnofósiles de este yacimiento reciben el nombre científico de Megaplanolites ibericus y, posiblemente, las realizaron los animales anteriormente citados hace 130 millones de años. Está en un excelente grado de conservación, pero se encuentra en riesgo previsible de destrucción natural, por la erosión de la cárcava en la que está situado. Por eso, periódicamente, se hacen labores de limpieza y conservación, intentando, de ese modo, preservar el yacimiento para aprovechar su potencial científico y didáctico.